domingo, 23 de octubre de 2011

Lo Principal...


Conservaré mi fuerza…
Frente a tanta perdición…
Me cubrirá cuando llueva…
Cuando este solo…

Atesoraré muy adentro…
Mi niñez…
Mi primera inocencia…
La recordare en tiempos escasos…
En tiempos fríos…

Pero ante todo… Guardaré…
La pequeña costumbre de esperarte…
Seguirte…
Deambular tan solo pensando en ti…
Por entre la gente…
Que compra el periódico de ayer…


 
Guardare mi costumbre de amarte…




Tu obra...


Lo sabes…
Siempre respetaré tu línea…
La vida espera… crea…
Como un antiguo dios…
Debes cruzarla…
Todo nació en tu corazón…



La Paloma (Alberti)


Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas eran rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón su casa.
Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama
.) 





sábado, 1 de octubre de 2011

Profeta...


Voy a entrar en ti... como entran…
Las aguas a las tierras mas ocultas…

Déjame andarte toda… Piel adentro…
Bajar por los pasajes de tu cuerpo…

Besarte el alma…
Para que no estés sola… en esta ciudad…

Déjame llevar tus sueños…


Amor…
Rosas… lluvia fresca…
Para el corazón…

Déjame hablar a tu alma…
Para que sostengas tu calor…
En tiempos fríos…

Déjame desnudarte algún “dios”…
Que le veas el pecho… las rodillas…

Para que a mi lado… comprendas…

Que los dioses escapan humillados…
Cuando una mujer como tu…

 Los mira rostro a rostro…




Amiga


Yo también busco un hogar…
Yo también voy al encuentro…
De una perfecto destino…

De encontrarme…

Con el verde de las plantas…
Con la mirada pura… De  un niño…

Con despertar una mañana…
Sonreír…
Por lo que le arrebate a la nada…
A la rutina…
A la limitación de ser humano…

Haber nacido sin alas…

Con el pecho abundante…
(Eso sí…)

En esperanzas…
En lo que nos distingue…
A ti y a mi…

(Ambos…)

La sana virtud…
De soñar…
Con todas nuestras fuerzas…

De no resignarnos…